Que el mercado está cambiando está claro: el último año España se ha convertido en un nicho de desarrollo de energías renovables, lo cual, por una parte demarca de la agilidad que tenemos hoy en día para efectuar una transición energética eficaz, pero por otro lado ha abierto las puertas a un nuevo debate, aparentemente olvidado; la ley de la oferta y la demanda.
Y sí, hemos llegado a máximos históricos de consumo de origen renovable durante ciertas horas del día, pero esto se ha visto reflejado en una variabilidad de precios nunca vista hasta la fecha: el exceso de producción de energía ha obligado a los operadores de red a literalmente, verter energía a tierra. Esto implica que los precios a los cuales están vendiendo la energía son precios demasiado bajos para la viabilidad del proyecto, extendiendo su amortización y reduciendo la rentabilidad de éste.
Esto nos obliga a reflexionar sobre la necesidad de almacenar energía, tanto por la estabilidad de la red eléctrica como por la viabilidad de los proyectos ya construidos. La hibridación y el almacenamiento stand-alone serán las claves para una correcta transición energética. El gobierno ya ha declarado la intención de instalar 22 GW de almacenamiento durante este año, como se puede ver en el siguiente enlace.